Es en el arte del vivir

A mayor esencia, mayor presencia.

Es en el arte de vivir donde el arte del escenario vibra. El ejercicio de ser. El ejercicio de ser en el escenario. Un ejercicio bendito a la hora de compartir el ser tú mismo.

El escenario desde el miedo detona juicios permanentes: no puedo, no sirvo, no valgo. Lo quiere hacer siempre más complicado de lo que realmente es, posterga vivir el presente y no sabe respirar. Siempre compara y se siente por debajo del resto y se va, sintiéndose sólo y especial en su dolor. En este lugar es imposible darse cuenta de lo iguales que somos y cómo es necesario trabajar juntos.

¿Qué necesita un creador-actor? o ¿Cual es el talento que nos hace despertar la gracia que llevamos dentro?

El trabajo. La belleza se encuentra en el trabajo. Sólo en la constancia de un ENTRENAMIENTO a conciencia, una plegaria contínua, sólo a través de la práctica podemos llegar a tener una experiencia.

La experiencia es lo que marca la via de acceso al cambio. No hay nada trascendente fuera, todo lo trascendente ya sabemos donde está. Llama, llama al amor, llámalo en todos los sentidos, en todas las direcciones, dispara al amor, entrena al creador que eres, entrénalo desde el corazón, revolucionario a la hora de pararse en un escenario. Para mí, el escenario es una práctica devocional, un compromiso con un gurú sencillo que me permite equivocarme y seguir entrenando en nombre del amor. Que me mueve el corazón a velocidades insospechadas: DIOS.

Qué descubro: que la técnica es una actitud.

(Publicado originalmente en la revista “ahoraYoga” nº 0)

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